Ciudad del Vaticano, 7 de mayo. Bajo la antífona inicial «Suscitaré un sacerdote fiel, que obrará según los deseos del corazón de Dios», esta mañana se celebró en la Basílica de San Pedro la solemne misa Pro eligendo Romano Pontifice, presidida por el Cardenal Giovanni Battista Re, Decano del Colegio Cardenalicio. Concelebraron 220 cardenales (electores y no electores) en el Altar de la Confesión, donde reposan los restos del apóstol Pedro.
El inicio del Cónclave previsto para las 16:30, hora de Roma (9:30 a.m. en Colombia) empezó con la entrada de 133 cardenales electores a la Capilla Sixtina, llamados a discernir en oración quién será el 267º Sucesor de Pedro.
Colombia está representada por el cardenal Luis José Rueda Aparicio, quien participa por primera vez en este proceso. El Arzobispo de Bogotá compartió que las reuniones previas al Cónclave fueron un espacio de comunión y fe: “Es compartir lo que hay en el corazón de cada ser humano. Los cardenales somos hombres de carne y hueso, no somos superhombres, somos simplemente seguidores de Cristo”.
El cardenal Rubén Salazar Gómez, Arzobispo Emérito de Bogotá y partícipe del Cónclave de 2013, expresó: “La parte de política, en el verdadero sentido del término, para nosotros es secundaria. Nosotros sabemos que tiene una importancia en el sentido de que son como 180 países los que tienen relaciones diplomáticas con el estado de Ciudad del Vaticano. Y esto indudablemente que significa una presencia muy importante de la Iglesia como Estado del Vaticano en el mundo entero. Pero lo fundamental es que el Papa es el pastor de la Iglesia, por lo tanto, es aquel que indica el camino que debe tomar en la predicación del Evangelio en el mundo entero.”
Además, destacó el aporte de los cardenales colombianos a las congregaciones generales previas al Cónclave, donde se han perfilado los rasgos del futuro Papa: “La Iglesia colombiana tiene una gran experiencia evangelizadora a Dios gracias, y por lo tanto, nuestra contribución ha sido fundamentalmente en la manera práctica de llevar el Evangelio a los diferentes ambientes en nuestra patria, con la característica fundamental de que el Evangelio sea portador de un mensaje muy fuerte de reconciliación, de perdón, de paz”.
Como Universidad Pontificia, este momento tiene un significado especial para la UPB y toda su comunidad académica. El título “pontificia” no es solo una distinción honorífica: expresa una unión directa con el Sucesor de Pedro y con la misión evangelizadora de la Iglesia universal, confiada por la Santa Sede. Por ello, la elección de un nuevo Papa no solo marca un hito eclesial y espiritual, sino que también renueva el compromiso institucional de la UPB con los valores del Evangelio, el servicio al bien común y la formación integral inspirada en la fe y la razón. En este sentido, el Presbítero Juan Camilo Restrepo Tamayo, rector de la UPB en Montería, hizo énfasis en la importancia de este acontecimiento para la universidad, e invitó a toda la comunidad a orar por el nuevo Papa y por la sabiduría y el discernimiento que implica esta elección para el futuro de la Iglesia.
En esta hora decisiva para la Iglesia, el clamor común es por un pastor fiel, que sepa guiar con sabiduría y amor, promoviendo la unidad en la diversidad, el anuncio del Evangelio y la comunión entre los pueblos.
