La radio ha sido, desde sus inicios, un puente sonoro que une a las personas, cruzando fronteras, culturas y generaciones. La radio universitaria, en particular, ha jugado un papel fundamental en la construcción de una comunidad global, transmitiendo conocimiento, promoviendo la diversidad y ofreciendo una plataforma para voces que a menudo no encuentran espacio en otros medios.
Frank Thys es un radioaficionado de 61 años que vive en Hoeven, un pequeño pueblo en los Países Bajos, al oeste del país, cerca de la frontera belga. Su historia con la radio comenzó cuando tenía 14 años, con una sencilla radio de onda corta que le permitía sintonizar emisoras de todos los continentes. La emoción de captar señales de diferentes continentes, con sus programas radiales en idiomas que no entendía, despertó en Frank una pasión por la radio que lo acompaña hasta la actualidad.

A lo largo de los años, Frank perfeccionó su habilidad como radioaficionado, intercambiando cartas y recuerdos con emisoras de todo el mundo. En la década de los 90, decidió ingresar al monasterio, donde pasó 13 años viviendo una vida de oración, estudio y trabajo. Al dejar el monasterio en el año 2004, se encontró con un mundo que había cambiado radicalmente con la llegada de internet, había teléfonos inteligentes, plataformas digitales y otras innovaciones.
Frecuencia Bolivariana celebra 22 años al aire como radio universitaria y la historia de Frank Thys llegó desde el otro lado del mundo para reafirmar la fuerza de la radio como medio de conexión global.
A pesar de los avances tecnológicos, Frank nunca dejó de lado su amor por la radio. Fue entonces cuando retomó su hobby, no solo con su viejo receptor analógico, incluyó equipos modernos, como la radio definida por software (SDR), que le permitió redescubrir el fascinante mundo de la radio a través de las ondas medias (AM). Y fue en este reencuentro con su hobby que logró sintonizar una emisora que no había escuchado antes: Frecuencia Bolivariana.
El 23 de enero de 2025, en la frecuencia 1160 Khz, Frank captó una señal proveniente de Colombia. En medio de las ondas de radio pudo escuchar el nombre de nuestra emisora y algunos fragmentos de la programación habitual. Intrigado y emocionado, grabó un archivo MP3 donde se escucha un promo nuestro y se destaca “HJAZ” y “Somos radio educativa y cultural”. El radioaficionado busco a través de internet sobre esa frecuencia y se comunicó con nosotros vía correo electrónico para confirmar si realmente había escuchado Frecuencia Bolivariana, una emisora que se encuentra a miles de kilómetros de distancia de su hogar.
«Este hobby de la radio suele ofrecer sorpresas agradables y divertidas. Siempre es emocionante», escribió Frank y añadió: «Estaría muy agradecido si pudiera confirmarme que realmente escuché su estación de radio».
María Giset Escudero, coordinadora de Frecuencia Bolivariana, fue la encargada de contestarte confirmando que sí había escuchado Frecuencia Bolivariana. “Nos llegó este mensaje tan especial, que no solo nos emocionó, sino que también nos recordó la magia de la radio, la capacidad de conectar a personas de diferentes culturas, geografías e historias a través de las ondas hertzianas. Lo más sorprendente de esta historia es que, aunque la radio ha evolucionado con el tiempo, sigue siendo un medio que mantiene viva su esencia. Su historia es un recordatorio de cómo la radio sigue siendo un puente entre continentes, culturas y personas, un medio que no solo transmite información, que forma, que acompaña y entretiene, sino que también crea vínculos, recuerdos y emociones”, expresó la comunicadora.
Las ondas hertzianas han sido testigo de los cambios más significativos de la historia, adaptándose con el tiempo, pero manteniendo siempre su esencia como medio de comunicación cercano, accesible y directo.
Frank se sumergió en la búsqueda de emisoras de América Latina y asegura que disfruta las transmisiones llenas de música. “Como muchas emisoras habían dejado la onda corta, empecé a escuchar la onda media (AM). Especialmente durante los meses del invierno de Holanda la onda media ofrece mucha diversión cuando llegan las emisoras del norte, centro y sur América. A mí me encanta captar las emisoras de América Latina con sus programas lleno de música. Captar una emisora por primera vez me hace sentir una sensación maravillosa y feliz. Y eso sentí después de captar su emisora Frecuencia Bolivariana 1160 AM porque nunca la había escuchado antes”, indicó el radioaficionado.
Desde el año 2016 hasta ahora, Frank ha captado 87 emisoras colombianas. Una aventura que lo conectó con nosotros en un aniversario tan significativo. “Este tipo de historias es lo que hace única a la radio. Aunque la tecnología ha cambiado la forma en que nos comunicamos, la esencia de la radio sigue viva, conectando personas de diferentes culturas, idiomas y continentes”, añade María Giset Escudero.
Frecuencia Bolivariana, como emisora universitaria, no solo ha logrado mantenerse vigente a lo largo de los años, sino que también ha trascendido fronteras, llegando a personas como Frank. Su historia, que llega en el marco del aniversario 22 de Frecuencia Bolivariana, es un testimonio del poder de la radio para seguir conectando a las personas, más allá de la distancia y la tecnología.